domingo, 22 de mayo de 2011

El consumo sigue alto, pero los argentinos se muestran más cautelosos


Impulsados por las promociones, los argentinos han experimentado en el último tiempo un boom de consumo.

Sin embargo, las tarjetas empiezan a recargarse de cuotas y a eso se suma una persistente inflación con salarios que, en su mayoría, no se ajustaron a la dinámica de precios.

Por eso, pese a que las compras siguen en un nivel elevado, comienza a notarse una mayor cautela a la hora de usar la billetera.

Según un artículo de Natalia Muscatelli para el diario Clarín, la tendencia se reflejó en los supermercados, que evidenciaron una desaceleración en el primer trimestre del año. Esto encendió una luz de alerta sobre la evolución del consumo en general, una variable que hasta ahora fue el principal motor de la economía.


Para los analistas del consumo masivo, esta situación era previsible. "Este es un año muy particular, en el que las elecciones condicionan en gran medida las expectativas de los consumidores", opina Osvaldo del Río, analista de The Nielsen Company, consultado por el matutino porteño.

Según sus números, el volumen de las compras en supermercados y almacenes, entre diciembre del año pasado y marzo del 2011, creció un 3 por ciento. En cambio, en ese mismo lapso del 2010, la suba había sido del 5 por ciento.

En tanto, la previsión del crecimiento para 2011 es del %3 o 4% cuando, en 2010, cerró con un alza del 4,9 por ciento.

En tanto, la consultora CCR afirma que el consumo acumula una suba del 2,1% en el primer trimestre y prevé un aumento del 3,5% anual.

"En primer lugar, la ralentización del consumo se vincula con cuestiones estadísticas, dado que la base de comparación actual es considerablemente superior a la existente el año pasado", aclara el economista Jorge Todesca.

Y agrega que, en el caso de los electrodomésticos, el nivel de endeudamiento de las familias con las tarjetas de crédito seguramente está llevando a la gente a ser más metódica en su capacidad de comprar.

Por otro lado, también incide el grado de "satisfacción" alcanzado por las familias en la adquisición o la renovación de estos bienes.


De todas maneras, según Roxana Nakasato -de la consultora GFK-, este mercado creció 32% en los primeros tres meses del año, impulsado por los pequeños electrodomésticos.

"El consumo masivo hoy está encontrando un equilibrio lógico", opina Diego Lauría, analista de la consultora CCR, quien puntualiza que hoy, el gasto de la canasta familiar compite con las cuotas del auto o de los electrodomésticos.

"Además, las paritarias en muchos sectores no están cerradas y la gente tiene la sensación de que está comprando en medio de una inflación superior al 20% y con un sueldo del año pasado", agrega Alberto Guida, titular de la cámara que reúne a los mayoristas (CADAM).


"Estamos como en un punto alto de una montaña rusa: sin subir, ni bajar y con ese vértigo de no saber qué va a pasar", describe a Clarín una fuente del sector supermercadista refiriéndose a lo que sucede hoy entre las góndolas.

En cambio, en los supermercados chinos, el termómetro de las cajas registradoras ya mostró las mermas. "En los últimos dos meses notamos una caída en las ventas de alrededor de un 8%", estimó Yolanda Durán, titular de una de la cámaras que agrupa a este tipo de comercios, Cedeapsa.

La contracción en los volúmenes se nota más en las bebidas y artículos de limpieza. En cambio, las mayores ventas se contabilizaron entre los productos básicos, como harinas y azúcar, algo que podría estar denotando una mayor propensión de las amas de casa a elaborar más comidas en el hogar.

Según Ricardo Cáceres, titular de la cámara de supermercados del Interior (CAS), "la constante suba de los precios y los inconvenientes en la reposición de algunos productos hacen que los comerciantes vendan menos volumen y por ende, haya una cierta retracción en las ventas".

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