miércoles, 25 de mayo de 2011

Fracasó la cumbre entre la Argentina y Brasil y se agudiza la peor crisis de los últimos años


El secretario de Industria y Comercio de Argentina, Eduardo Bianchi, y el secretario Ejecutivo del Ministerio de Desarrollo de Brasil, Alessandro Teixeira, tuvieron durante este martes una maratónica reunión que, según diversas fuentes, no arrojó grandes resultados.

En la primera ronda de negociaciones ambos países se comprometieron solo a ir permitiendo el ingreso de productos que están frenados en aduanas y fronteras actualmente pero no llegaron a ningún acuerdo por los problemas de fondo.

De este modo, la mayor crisis bilateral en años amenaza con profundizarse.

Ante este panorama desoladora, los funcionarios quedaron en volver a reunirse, pero no fijaron fecha ni lugar. Según trascendió, el próximo martes habría una comunicación entre ambos para volver a reanudar las negociaciones.


La única referencia concreta al resultado de la negociación se expresó a través de un escueto y frío comunicado conjunto, emitido tras dos días de deliberaciones: "En lo que respecta al licenciamiento no automático de las importaciones, las partes avanzaron en las negociaciones tendientes a liberar gradualmente las licencias pendientes".

Sin embargo, fuentes argentinas indicaron que luego de las negociaciones, el escenario de aplicación de licencias no automáticas a productos de ambos países no se modificó" y que "Brasil no aportó ni una sola solución concreta a los problemas de acceso a ese mercado para la industria argentina".


De este modo, tras la reunión, hubo más rostros de malestar que de satisfacción.

Según consignó la edición electrónica del medio brasileño O Globo, Teixeira admitió que "no hubo ningún avance práctico a corto plazo".

"No hemos llegado a un acuerdo, estamos trabajando para diluir los problemas", sentenció el funcionario brasileño.

Por su parte, si bien Bianchi no formuló ninguna declaración, fuentes del gobierno de Cristina Kirchner citadas por el medio brasileño lamentaron el hecho de que "Brasil no va a dar respuestas en materia de acceso a su mercado con la inmediatez que exige la Argentina".

Tras horas de debates, ambas partes se fueron con las manos vacías, según consigna O Globo: la Argentina continúa exigiendo la pronta liberación de los vehículos exportados al mercado brasileño (en promedio, siete mil unidades por semana), y la suspensión de otras barreras aplicadas por Brasil, por ejemplo, a las exportaciones de agroquímicos y aceite de oliva.

La Argentina también propuso liberarle licencias no automáticas a cambio de que Brasil realice una flexibilización seria de sus fronteras a los artículos del hogar, pero esto fue rechazado.

Con respecto al comercio automotriz, la oferta de los brasileños fue volver al esquema de licencias automáticas, pero con un plazo de entrega que pasaría de 48 horas a diez días, algo que molestó a Bianchi y que hizo caer la negociación


Ante esta situación, fuentes del gobierno de Dilma Rousseff aseguraron a la prensa que "la Argentina insiste en pedir el ingreso rápido de sus automóviles, pero no mejora la oferta hacia Brasil".

Por su parte, el gobierno brasileño reiteró su preocupación por la demora en algunos casos, de más de 300 días para que los productos tales como zapatos, baterías, neumáticos, electrodomésticos, alimentos (en este caso de la Argentina requiere un certificado de salud) y maquinaria agrícola.

En este último caso, Brasil rechazó el pedido argentino de que las empresas que importan tractores y cosechadores se comprometan a equilibrar cada dólar que requieren para ingresar estos productos por uno de exportación.

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