viernes, 15 de octubre de 2010

Bernanke: “La economía de EE.UU. pide mayores medidas de alivio”

El presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, dijo hoy que el alto desempleo y la baja inflación apuntaban a mayores medidas de alivio en la política monetaria estadounidense, y dijo que las autoridades aún están evaluando qué tan agresivo debe ser este estímulo.

“Parecería ser el caso en que es necesario tomar medidas adicionales”, dijo Bernanke en comentarios preparados para una conferencia auspiciada por el Banco de la Reserva Federal de Boston.

Bernanke dijo que un período prolongado de elevado desempleo podría suponer un riesgo a la sostenibilidad de la recuperación y dijo que el flojo nivel de inflación implicaba que el riesgo de un peligroso espiral de caída en los precios era mayor de lo deseable.

jueves, 14 de octubre de 2010

Los bancos desaniman a Wall Street

Las acciones estadounidenses abrieron con leves bajas debido a que un retroceso del sector bancario contrarrestaba el impacto positivo generado por la debilidad del dólar.

El promedio industrial Dow Jones cedía 22,10 puntos, o un 0,2%, a 11.073,98 unidades; el índice Standard & Poor’s 500 caía 4,06 puntos, o un 0,34%, a 1.174,04; y el Nasdaq Composite perdía 7,73 puntos, o un 0,32%, a 2.433,50.

martes, 12 de octubre de 2010

El mundo está alineado para Argentina, pero ¿estamos alineados con el mundo?

La sensación que dejó la semana pasada las deliberaciones que se realizaron en Washington en la Asamblea Anual del FMI y el Banco Mundial es que los emergentes tienen por delante un panorama envidiable. El propio Fondo reconoció que la recuperación de los países en desarrollo los sorprendió. Claro, no pudo con su genio y automáticamente recomendó medidas para enfriar la economías. Ajuste fiscal y apreciación de las monedas, al tope de los consejos.

¿Cómo se puede pasar en el lapso de apenas seis meses a vaticinar un largo y doloroso periodo de recuperación en todo el mundo a mostrarse preocupado por un ‘exceso de crecimiento’, al menos en los países en desarrollo? Brasil a la cabeza y la Argentina detrás, estuvieron entre los portavoces de las naciones que rechazaron aplicar esta receta. Si Estados Unidos, Japón y Europa tienen serios problemas de competitividad -porque China continúa depreciando el yuan- las naciones latinoamericanas no pueden ser la variable de ajuste, argumentaron.

Fuentes oficiales de la comitiva argentina confirmaron que la reunión del G-20 que se desarrolló el fin de semana en Washington contó con fuertes acusaciones cruzadas. La pelea de fondo, claro, es entre estadounidenses y chinos. Pero tanto Brasil como Argentina dejaron en claro que no apreciarán sus monedas para ‘exportar‘ la crisis a la región, dejando sentada la posición oficial en lo que fue bautizado como la ‘guerra de divisas’.

No hay dudas que el mundo está alineado para países como la Argentina. Estados Unidos y Japón tienen las tasas en niveles de casi cero para apuntalar la salida de la crisis. Los precios de los comoditties siguen impulsados por la demanda de China y los mercados internos de la región muestran un sólido nivel de consumo. Aunque la ‘teoría del desacople’ parece haber hecho agua en plena crisis, según un estudio del Banco Mundial se verificó con nitidez en la salida de la depresión. Mientras los emergentes de Latinoamérica lo hacen a tasas aceleradas, el mundo desarrollado navega sin rumbo preciso aun.

Pero si bien Brasil y la Argentina compartieron su postura en Washington, no son lo mismo a los ojos internacionales. Brasil sin dudas es la estrella del momento. El presidente del Banco Central de este país, Henrique Meirelles, se paseó por la capital estadounidense dando conferencias en donde no cabía ni un alfiler. Se fue ovacionado a cuanto encuentro asistió. Aun cuando lo más probable es que en poco tiempo deje de ser el titular de la autoridad monetaria de ese país, envió a los inversores un mensaje de continuidad en las políticas implementadas por Lula, gane quien gane en las elecciones de segunda vuelta.

La Argentina es otro cantar. Se le reconoce al Gobierno pericia en el manejo económico. No hacerlo con ocho años de crecimiento a una tasa promedio del 7,5% sería necio. Pero ni todo es ‘viento de cola’ ni todo son aciertos de la Rosada. La realidad suele ser mucho más compleja.

Nadie duda que la Argentina tiene por delante al menos 18 meses de un auspicioso momento económico. La bolsa y los bonos locales, como siempre, ya anticipan este escenario. Sin embargo no se arriesga un vaticinio definitivo para el mediano plazo del país (ni hablar del largo). La principal traba es que se incuban en el seno de la economía desequilibrios que en algún momento deberán ser ajustados: inflación, tarifas congeladas, default con el Club de París, etc. ¿Cuándo? Si alguien le dice que lo sabe, usted desconfíe.

¿Qué diferencia existe entonces entre Brasil y la Argentina? Los cambios en el ajedrez financiero mundial Brasil los intenta hacer dentro del sistema. No viene a romper la estructura vigente, sino a modificarla desde la participación activa. Un ejemplo: hace sólo un año atrás aportó u$s 4.500 millones para capitalizar al Fondo en plena crisis. Pero nunca, tanto ayer como ahora, dejó de reclamar a viva voz cambios, ni negó una revisión de su economía. Porque su estrategia apunta a hacer propio el organismo, para moldearlo según cree debe ser la real función del FMI. No patea el tablero, sino que apuesta fuerte.

Mientras tanto, Brasil se consolida como la potencia regional. Su política exterior sigue una línea. Itamaraty es una cantera de funcionarios profesionales, con alta formación de carrera, que saben hacia dónde quieren ir. Trabajan codo a codo con los políticos de turno en el Gobierno, conscientes del rol que le cabe a cada uno. ¿Nosotros? Nosotros twitteamos.

lunes, 11 de octubre de 2010

No habría acuerdo con el FMI ni el Club de París hasta el próximo Gobierno

Todo parece indicar que el Gobierno se encamina a terminar su administración sin acuerdo con el FMI y con la renegociación con el Club de París virtualmente paralizada. La teoría de ‘vivir con lo nuestro’ vuelve a ganar peso en el kirchnerismo. El ministro de Economía Amado Boudou estuvo el fin semana menos de 36 horas en Washington, casi no participó de las reuniones plenarias del Fondo y el Banco Mundial, y en sus declaraciones públicas cargó duro contra el organismo que dirige Dominique Strauss-Kahn. Finalmente partió antes de lo previsto el sábado por la noche de regreso a Buenos Aires. El ánimo de la delegación oficial no era bueno con respecto a los resultados obtenidos.

Con la recaudación fiscal en alza y la posibilidad de echar mano a las reservas del BCRA el Gobierno considera que llegará al final del mandato de Cristina Fernández sin apremios de caja. Más si inclusive tiene la posibilidad de emitir un bono en exterior (ver nota aparte). Boudou se reunió el sábado por la mañana con el chileno Nicolás Eyzaguirre, Director de Departamento Occidental del FMI, y ese mismo día a última hora con el número dos del Fondo, el estadounidense John Lipsky. A los dos les repitió lo mismo: la Argentina no permitirá la revisión anual de la economía que establece el Artículo IV del Fondo para todos sus países miembros. Aun si ello acarrea una futura sanción.

El Gobierno pide reformas en el FMI para revisar su postura. En concreto, que el Fondo otorgue más peso dentro del organismo a los países emergentes. Pero la cumbre del Fondo y el Banco Mundial que ayer finalizó en Washington no arrojó resultados en este sentido, ante la negativa de países como Estados Unidos y los líderes de Europa a cambiar la relación de fuerzas. Había anoche decepción en la delegación argentina en este sentido: “mientras ellos no flexibilicen su postura, nosotros no vamos a permitir que vengan al país como si fueran virreyes a hacer comentarios o recomendaciones que no le competen”, indicó una alta fuente oficial a El Cronista.

El sábado el propio Strauss-Kahn pidió en el comunicado final del Comité Monetario y Financiero del FMI a los países miembros que cumplan con lo que estipula el Artículo IV. Aunque no citó textualmente a la Argentina, la frase fue interpretada como una obvia alusión hacia la Argentina y Venezuela. “Urgimos a los miembros a que cumplan con sus obligaciones bajo el Articulo Cuarto de los Artículos del Acuerdo”, indicó el comunicado oficial.

“No existe nada que indique que el gobierno argentino planee restablecer en lo inmediato su relación con el FMI ni tampoco sus atrasos en los pagos con el Club de París”, señaló por su parte el banco de inversión Credit Suisse en un informe reservado que giró a sus clientes en Washington.

En dialogo con la prensa el sábado en la capital estadounidense, Boudou no ahorró calificativos contra el FMI. “Hoy el FMI es el organismo con menos credibilidad en el mundo. Si no hubiera sido por el G-20 el FMI inclusive estaría peor”, sentenció. Al ser consultado sobre la posibilidad de que la Argentina sea sancionada por el Fondo, respondió: “el FMI ya sancionó a la Argentina en el 78 cuando apoyó los planes de Martínez de Hoz, en los años 80 con los planes de Stand by y en 2001 cuando el 25% de los argentinos estaban sin trabajo y luego vino el Megacanje y el Blindaje”.

Los tibios esfuerzos por lograr algún acercamiento paralelo al circuito financiero mundial parecen endebles. El BCRA junto a la Comisión Nacional de Valores y la Superintendencia de Seguros remitirán a fines de este mes al G-20 una autoevaluación del sector financiero denominada ‘Reporte de Observancia de Estándares y Códigos’, a la que se comprometieron a realizar los países miembros de este grupo.

En este contexto, la negociación para saldar la deuda con el Club de París también luce trabada. Las únicas dos opciones viables son pagar la deuda en efectivo (algo que el Gobierno ahora no quiere hacer, aunque en 2007 anunció que lo haría) o negociar un cronograma de pagos. Pero para abordar esta última opción sería necesario tener al día las auditorías del FMI, según establece el estatuto del Club de París.

No obstante ello el Gobierno ventila una tercera posibilidad. Pero por ahora es más una expresión de deseo, porque el Club de París ni siquiera la contempla. Se trata de convertir deuda financiera en deuda comercial. Y canjear la deuda con el Club por inversiones de empresas de los países acreedores congregados en este organismo (Alemania, Francia, Holanda, Japón y Estados Unidos) por beneficios fiscales e impositivos. Ello llevaría un largo proceso, porque implica primero lograr el aval de todos los países acreedores y luego reformar el estatuto del Club de París. “Es una negociación tipo win to win, todos ganamos con esta alternativa”, argumentan las fuentes oficiales. Aunque pocos creen que prospere.

domingo, 10 de octubre de 2010

Boudou se reunió con el FMI: rechazó auditoría y exigió cambios

El ministro de Economía, Amado Boudou, se reunió hoy con el director para el Hemisferio Occidental del Fondo Monetario Internacional (FMI), el chileno Nicolás Eyzaguirre.

Los temas que planteó Boudou durante el encuentro fueron claros y directos: por un lado, que la Argentina continuará rechazando la auditoría del FMI y, por el otro, exigió que el organismo implemente lo más rápido posible cambios que le permitan a los países emergentes tener un mayor peso dentro de las decisiones de la entidad.

En el encuentro, que se llevó a cabo en el marco de la Asamblea Anual del FMI y del Banco Mundial, en Washington, contó con la participación también de los ministros de Economía de Sudamérica y México. Allí se discutieron “cuestiones monetarias y financieras” respecto a la situación actual de la región.

Durante el encuentro, Boudou “resaltó la posición argentina sobre a la composición del gasto, en cuanto a la inversión en infraestructura, especialmente en el sector energético”, explicó una fuente del Palacio de Hacienda y agregó que los funcionarios coincidieron en resaltar “el mecanismo de utilización de reservas y encajes”, como dos de las herramientas más relevantes para mantener bajo control este tipo de cuestiones.

Lo que viene

Boudou tendrá mañana el otro hito importante del periplo oficial en Washington: será el encuentro con el número dos del Fondo, el estadounidense John Lipsky.