viernes, 19 de febrero de 2010

Se encienden las luces de alarma en los mercados por la deuda del Reino Unido

El endeudamiento neto de enero fue el más alto correspondiente a ese mes desde 1993. Para tomar deuda ya paga tanto como Italia,uno de los más vulnerables de la eurozona

Parece que un diario británico publicó una vez un titular que decía: “Hay niebla en el Canal de la Mancha, el Continente está aislado”. Aunque desde entonces la actitud de los británicos cambió, habrá gente en Londres en este momento observando las disputas sobre Grecia en la eurozona y agradeciendo por el aislamiento monetario del Reino Unido.

Sin embargo, esto no refleja la realidad del mercado: mientras hasta ahora los títulos periodísticos se han concentrado en los problemas de Grecia y otros miembros débiles de la eurozona, los inversores siguen vendiendo de manera sostenida deuda de Gran Bretaña.

Ayer marcaron un hito. Los rendimientos de los bonos (que tienen una relación inversa con los precios) del gobierno británico a 10 años llegaron a su pico en quince meses y el spread, o sea la sobretasa que pagan los británicos por sobre los costos de endeudamiento de los alemanes, alcanzó la marca de un punto porcentual por primera vez en cuatro años.

Para tomar deuda, el Reino Unido ya paga tanto como Italia, considerado uno de los miembros más vulnerables de la eurozona.

La presión sobre el Reino Unido se ve en la escala de la venta de títulos. Desde el 5 de febrero los rendimientos sobre los bonos británicos a 10 años treparon casi 6%, mientras los de los bonos alemanes subieron cerca de 3,5% en el mismo período. Los rendimientos sobre los bonos italianos están ligeramente por debajo de los británicos.

Claro que los rendimientos sobre la deuda soberana involucran mucho más que una simple comparación del costo crediticio con otro país. Sin embargo, en este momento hay muy pocos datos de cualquier tipo que arrojen luz positiva sobre el Reino Unido.

Esta última tendencia vendedora se debe a que ayer se informó que el endeudamiento neto del gobierno británico en enero –un mes en el que la recaudación impositiva suele ser fuerte– fue el más alto correspondiente a ese mes desde 1993.

Además, la venta de bonos británicos recordó cuál es el tema fundamental para los mercados en el tema de la deuda griega, y que no es el futuro del euro y de sus políticas (por lo menos, no por ahora), sino la preocupación de los inversores por la posibilidad de que un país no pueda pagar su deuda.

Para los inversores activos, las grandes oscilaciones en los mercados de bonos pueden traducirse en grandes ganancias. Para los gobiernos, son una clara advertencia. Pero los inversores tendrán que gritar más alto si quieren que los políticos británicos, concentrados en las elecciones, presten atención.

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