domingo, 5 de junio de 2011

Alerta entre inversores: ¿se queda sin nafta el crecimiento de EE.UU.?


En las últimas semanas, las noticias provenientes de los Estados Unidos respecto a la economía fueron en muchos casos decepcionantes. Los inversores han incrementado su preocupación respecto a una nueva depresión en la economía norteamericana y si la Reserva Federal (FED), lanzará un QE3.

Indicadores referidos al sector inmobiliario, a la producción, al gasto de los consumidores, y sobre todo a los datos de empleo, han mostrado una importante desaceleración, lo que implica una moderación en el ritmo de recuperación.

Con relación al mercado laboral, durante esta semana se conocieron importantes indicadores, todos ellos con malos resultados: el anticipo lo dio el índice ADP, que es la variación de empleos del sector privado.

De acuerdo con este indicador, en el mes de mayo se crearon solamente 38.000 nuevos puestos de trabajo, cuando se esperaban unos 170.000, acrecentando las dudas sobre la recuperación del sector.

Pero el plato fuerte vino sobre el final de semana: la data oficial desnudó que la creación de empleos no agrícolas del sector privado fue de 83.000 nuevos puestos el mes pasado, muy por debajo de las expectativas y del dato anterior (251.000 puestos).

El sector privado, el que más se mira, defraudó esta vez, creando sólo 54.000 puestos de los 169.000 que se esperaban. Por si esto fuera poco, la tasa de desempleo tuvo un leve incremento respecto al mes de abril y se ubicó en 9,1%, en línea con lo que se esperaba.

Por su parte, los pedidos de subsidios por desempleo superaron a las expectativas en casi 10.000 unidades, ubicándose en 422.000 nuevas solicitudes, aunque tuvieron una caída con relación a la semana previa.



Sin lugar a dudas, estos resultados sumados al resto de los débiles indicadores publicados en el transcurso de la semana, confirman una desaceleración en la economía norteamericana y generan aún más temores acerca del "double dip".

Se entiende por double dip o doble recaída, cuando luego de un período de expansión, sigue una depresión de la economía, luego por otra etapa de crecimiento y a continuación por una nueva recesión.

Asimismo, los malos resultados del mercado laboral producen mucha preocupación, teniendo en cuenta que el sector es el prioritario para las políticas monetarias de la FED.


La desaceleración durante los primeros 5 meses del año, pone en riesgo la expectativa de crecimiento económico de Estados Unidos. Si bien las noticias podrían ser aún peores, la recuperación del gasto privado podría impulsar nuevamente a la economía, compensando al menos en parte, la debilidad mostrada en el comienzo del año.





La desaceleración de la recuperación económica fue inducida por varios factores. En primer lugar, los conflictos en Medio Oriente y del norte de África impulsaron al alza a los precios del petróleo, para luego estabilizarse en un 15% por encima de las expectativas de precios para 2011, lo que reduciría el crecimiento del PBI de la economía norteamericana entre 1% y 2% para este año.

Un segundo factor ha sido el terremoto y posterior tsunami en Japón, impactando negativamente en la producción y consumo de automóviles, además de producir un corte en la cadena de suministros. Los distribuidores tanto de los Estados Unidos como de Japón han incrementado los precios y las ventas se ven reducidas notoriamente. Sin embargo, para el tercer trimestre de este año se estima que la producción japonesa volverá a la normalidad.

Por otro lado, los estímulos fiscales aplicados durante el año pasado han sido eliminados, por lo que el sector de viviendas donde su actividad y sus precios han disminuido. Sin embargo, paralelamente se han aplicado algunos otros incentivos fiscales, como la reducción del pago de cargas sociales por parte de los empleadores, por lo que las políticas fiscales tuvieron un sesgo ligeramente expansivo, pero para el segundo semestre del año se estima que será neutral o contractiva.

Normalmente, la economía norteamericana es impulsada principalmente por el gasto privado en bienes durables. La inversión promedio fue de casi 25% del PBI durante las décadas anteriores a la crisis de 2008. A pesar que la inversión ha comenzado a recuperarse desde los mínimos históricos alcanzados durante dicha crisis, actualmente el nivel de gastos en bienes durables se ubica en torno al 20% del PBI. Es la recuperación en este sentido la que podría potenciar el crecimiento económico norteamericano, compensando el recorte fiscal previsto para el próximo año.

Estimamos que la moderación del ritmo económico se extenderá hasta mediados de este año, para acelerarse durante la segunda mitad de 2011. Sin embargo, si los mercados financieros no recuperan la confianza y los planes de inversión de las empresas comienzan a postergarse, es probable que esta situación se extienda por más tiempo.

A pesar de esto creemos que el potencial crecimiento de la inversión, que se encuentra en niveles muy bajos, y la consecuente suba del PBI de los Estados Unidos. reduce significativamente la posibilidad que la economía caiga nuevamente en una depresión como la sufrida en el año 2009.

¿Estados Unidos se queda sin nafta en su crecimiento? La desaceleración del crecimiento tiene su reflejo en el mercado laboral, por lo que estimamos que la Reserva Federal va a mantener su tasa inalterada por más tiempo que el previsto, incluso podría hacerlo recién en el próximo año.


Darío Epstein

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