jueves, 5 de mayo de 2011

“Hagan algo para frenar la suba del real”, gritan los industriales en Brasil: hay alerta en Argentina


Posiblemente el ex presidente Lula extrañe aquellos "años dorados" en los que lograra colocar a su país en la vidriera del mundo.

También es muy probable que no envidie en absoluto los dolores de cabeza que le están ocasionando a su sucesora, Dilma Rouseff, dos temas vitales para el presente y el futuro de Brasil.
Uno de ellos es el "super real", que se fortaleció frente al dólar y ya tocó el registro más alto desde 1999.
El otro es la inflación, que está avanzando más allá de lo deseado por su equipo económico.

Dos cuestiones muy difíciles de corregir, ya que de acuerdo a como está planteada la actual política monetaria y cambiaria, cualquier decisión que se aplique para enfrentar uno de esos problemas, incidirá negativamente sobre el otro. (Ver nota, ¿Callejón sin salida?: El "dilema de Dilma" que preocupa a los empresarios argentinos )

Así, por ejemplo, cuando el Ministro de Economía decidió incrementar la tasa de interés de 11,75% al 12% para desalentar el consumo y, en consecuencia, tratar de frenar el aumento de precios, tal decisión no hizo más que alentar un mayor ingreso de capitales, con el consecuente efecto negativo sobre el tipo de cambio.

En buen romance, entraron más dólares para aprovechar este repunte y esa mayor oferta no hizo más que darle un nuevo impulso alcista al real, ante la abundancia de billetes verdes.

Una mirada de largo plazo, para entender la actual situación
El siguiente gráfico es más que elocuente, a la hora de observar cómo se apreció la moneda brasileña.

Tal es así que en enero de 2009 se necesitaban 2,4 reales para compar un dólar. Ahora se requiere de "apenas" 1,6 (un 33% menos).

Tal cifra de 1,6 es similar a la registrada en julio de 2008. Vale decir que la cotización actual resulta similar a la de los días previos en los que se desatara la crisis financiera global.

En aquel momento, la abrupta salida de divisas que debió soportar el vecino país, hizo que - en pocas semanas - el tipo de cambio se depreciara nada menos que un 58%.

Luego, cuando se calmaron las aguas, ese nivel quedó como un mínimo temporal, pues la moneda retomó su senda revaluatoria.

Si se recorre el camino inverso, entre los 2,5 reales (octubre 2008) y el precio actual, la apreciación es casi de un 40%.

Para encontrar una cotización similar a la hoy vigente, hay que remontarse a los primeros días de 1999, cuando el gobierno de aquél entonces dispuso liberar el tipo de cambio.

Haciendo un poco de historia cabe recordar que, en noviembre de 1998, la situación económica de Brasil era extremadamente complicada, ante lo cual solicitó un paquete de ayuda al FMI que, lejos de calmar las aguas, fogoneó la salida de capitales.

Como consecuencia de ello, a mediados de enero de 1999, el Gobierno anunció la ampliación de la banda de flotación cambiaria y la posterior liberación del mercado.

Así las cosas, en octubre de 2003 llegaron a necesitarse 4 reales para poder adquirir un dólar.

Un Gobierno con pocas opciones
La apreciación del real brasileño es un factor de suma preocupación, afirmó recientemente el director del FMI para el Hemisferio Occidental, Nicolás Eyzaguirre.

"El Gobierno debe actuar de manera enérgica para evitar males mayores", sentenció.

Para Agustín Cramo, analista de mercados internacionales, "los funcionarios no tienen demasiadas opciones de corto plazo para debilitar una de las divisas más sobrevaloradas del mundo".

Funcionarios de ese país deslizaron que la Presidenta tolerará, al menos por ahora, un dólar rondando la "barrera psicológica" de los 1,6 reales.

Pero la cuestión es que la moneda sigue fortaleciéndose y es por eso que son cada vez más los analistas internacionales que afirman que las autoridades, más temprano que tarde, reaccionarán para reorientar el rumbo de la divisa.

A esto se suma la presión de los empresarios brasileños y el fuerte "lobby paulista", que se quejan porque una divisa tan fortalecida los complica a la hora de colocar sus productos al mundo.

Anteriormente, se había intentado defender una cotización de 1,65 reales por dólar.

Y para que no siga apreciándose, se aplicaron diversas medidas, tales como impuestos a las compras de bonos por parte de extranjeros, entre otras.

Pero todas fracasaron, pues el ingreso de divisas no cesó sino que, por el contrario, se incrementó.

Consecuencias
"El fortalecimiento de la moneda brasileña ya genera problemas en la industria de ese país. Si bien logró recuperarse en 2010, la dinámica del último quinquenio es inferior a la del principio de la década pasada", afirmaron desde la consultora Ecolatina.

"Hoy las luces amarillas, se encienden tanto por el frente inflacionario como por la situación cambiaria. Esto obligará a la Presidenta a realizar algunos ajustes", agregaron desde la consultora dirigida por Marco Lavagna y Santiago Paz.

"Si la inflación continúa trepando, el Gobierno se verá obligado a tomar medidas más duras, que enfriarán la demanda de productos argentinos por parte de nuestro principal socio", destacaron.

Un trabajo de The Economist Intelligence Unit (EIU) indicó que "la apreciación del tipo de cambio comenzará a afectar la actividad económica por una menor demanda de sus exportaciones, al mermar su competitividad".

Incluso, desde el propio FMI, surgieron algunas voces más que calificadas que, haciéndose eco del problema que suscita la fortaleza de la moneda, dijeron estar de acuerdo en aplicar fuertes controles al ingreso de capitales como una forma de enfriar el "super real".

Crece la disputa en el seno del propio Gobierno
El rally ascendente de la divisa abrió una gran fisura dentro del propio Gobierno, dado que algunos ministros y funcionarios piden medidas más firmes para frenar al real y proteger así a la industria.

La mayoría de los partidarios de esta metodología tienen vínculos con el poderoso sector industrial de San Pablo, que también ha incrementado su presión en los últimos días.

"No sé qué estamos esperando", exclamó uno de los funcionarios a la agencia Reuters.

En tal sentido, el ministro de Desarrollo, Industria y Comercio Exterior, Fernando Pimentel, sostuvo que "la desvalorización del dólar nos juega en contra para aumentar las exportaciones".

En esta puja, dos funcionarios clave de la actual administración se alistan entre los que más presionan a la Presidenta para que avance, de manera enérgica e inmediata, en implementar medidas para contener la suba de la moneda.

Se trata nada menos que del ministro de Hacienda, Guido Mantega, y de Luciano Coutinho, presidente del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES).

Este último le pidió a Rousseff que el Gobierno imponga tributos que castiguen la entrada de capitales.

"Debemos hacer mucho más para tratar de cambiar el rumbo. Porque la apreciación terminará impactando en la economía", exclamó.

"Todos saben que la cotización se encamina a 1,50. A menos que hagamos algo para detenerlo. Las consecuencias de tener una supermoneda como esa serían terribles", concluyó el CEO del BNDES.

Con sus palabras, el banquero respondió a la inquietud de los empresarios paulistas, quienes son los más afectados por la actual situación.

Sus reclamos son especialmente escuchados en Brasilia, pues son una importante base política del gabinete de Dilma Rousseff.

Sobre el particular, Robson Andrade, presidente de la Confederación Nacional de la Industria de Brasil, consideró que en "el combate contra la inflación no se pueden retrasar medidas sobre el tipo de cambio".

También sostuvo que "éste es un problema que se puede resolver a corto plazo. La presidenta Dilma está plenamente de acuerdo y cree que tenemos que hacerlo de manera rápida y eficiente".

Andrade argumentó que la "urgencia" del sector industrial se debe a que la actual cotización se sitúa en el valor más bajo frente al dólar desde julio de 2008.

Alternativas
Entre las alternativas disponibles para Rousseff se encuentra la aplicación de mayores impuestos sobre las compras de bonos por parte de extranjeros o bien una denominada "cuarentena", es decir, forzar a los extranjeros a conservar sus inversiones en Brasil durante un período determinado, junto a otras medidas.

Ante el tenor de los acontecimientos, algunos experimentados analistas temen que las tensiones puedan provocar una sobrerreacción por parte de las autoridades.

El economista Gray Newman, de Morgan Stanley, dijo en una reciente nota a sus clientes que el real podría aproximarse al nivel de 1,50 unidades por dólar en el corto plazo.

Como consecuencia de esto, sostuvo Newman, "la industria podría perder muchos empleos, lo que a su vez podría conducir a medidas que debiliten la moneda dramática y rápidamente".

Para el economista Luis Palma Cané, "implementaciones tibias, como las que se vienen aplicando desde hace varios meses, no sirven para nada. La magnitud del impuesto debería ser lo suficientemente elevada para desalentar - aunque sea en parte - el monumental ingreso actual de divisas".

El impacto en el mercado local
"Lo preocupante para los exportadores argentinos es que, en algún momento, el Gobierno brasileño se vea obligado a aplicar fuertes restricciones, de cumplimiento efectivo, que podrían llegar hasta alguna forma de ‘corralito" para los capitales foráneos", sostuvo Cramo.

"Esta sería una pésima noticia, pues abre la posibilidad de que se produzca un fogonazo como el del año 2008, cuando en pocas semanas se fugaron varios miles de millones de dólares y el real terminó derrumbándose hasta los 2,5 por dólar".

Esa explosión también deja otra enseñanza: "Nadie debe olvidarse que, más allá de las medidas que pueda tomar Dilma, existe un mundo en el que pasan cosas. En tal sentido, la aparición de algún factor que limite el apetito por el riesgo podría volver a poner a prueba al real, como ocurriera en ese momento", sostuvo Gabriel Holand, CEO de HRGlobal.

"En definitiva, cuánto más tiempo transcurra, mayor podría ser la reacción, lo cual podría ser el punto final de un ciclo más que favorable para la economía argentina, en su relación cambiaria con el vecino país", concluyó Cramo.

F: iprofesionel.com

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