miércoles, 18 de mayo de 2011

Esta es la verdadera historia del “quién es quién” y qué país depende más del otro en el duro conflicto por los 0km


Cuando hace pocos días se conoció la decisión de Brasil de comenzar a regular la importación de vehículos, corrió un escalofrío por las espaldas de más de un empresario de la industria automotriz argentina.

No es para menos, Brasil es hoy, por lejos, el principal mercado para las terminales nacionales.

Y esta "brasildependencia" llega a tal punto que los habitantes del país vecino actualmente son mucho mejor clientes que los propios compradores argentinos.

Y no sólo porque adquieren más vehículos, sino porque, además, pagan precios más altos.

En definitiva, se trata de un negocio redondo y altamente rentable que se encuentra a unos pocos kilómetros de Buenos Aires.

El problema es que la decisión de la "dama de hierro brasileña", Dilma Rousseff, -de imponer licencias no automáticas a los autos nacionales-, amenaza con desacelerar el crecimiento exponencial de una actividad que, hasta ahora, no tenía fisuras y que tantos buenos réditos viene generando a las empresas locales y al Gobierno, que cada mes puede mostrar estadísticas muy favorables en materia industrial.

En este contexto, surgen numerosos cuestionamientos sobre la verdadera posición que tiene Brasil, hoy por hoy, para darse el "lujo" de prescindir de los vehículos argentinos.

En otras palabras: ¿cuánto peso tienen las automotrices locales en el país vecino? ¿Qué nivel de market share exhiben hoy en día? ¿Puede resistir el mercado brasileño un largo período sin autos con "sello celeste y blanco"?

Y, como contrapartida, ¿podría la Argentina "darse el lujo" de aplicar una medida similar?

Al trazar una radiografía de ambos mercados y analizar la situación que enfrentan las dos industrias, es clave observar tres aspectos:

1- La participación de mercado.
2- El peso de cada país en las ventas al mundo.
3- El contenido nacional e importado en cada mercado.

1- Market share: ¿quién gana la pulseada?
Al mirar las estadísticas, basta corroborar que en Brasil, un mercado donde este año se comercializarán más de 3,5 millones de vehículos -es decir, cinco veces más que en la Argentina-, la participación de las importaciones es considerablemente más baja que en el plano local.

En efecto: en ese país, casi 8 de cada 10 vehículos que se patentan tienen sello verdeamarelo.

Es decir que el nivel de abastecimiento que logran con sus propios autos es muy sólido.

Como contrapartida, los 0 Km importados representan apenas el 22% del total.

Y, a la hora de hilar fino, sólo 1 de cada 10 unidades que se comercializan en ese país es de origen "blanquiceleste".

¿Qué ocurre en la Argentina ? La situación es diametralmente opuesta: apenas 4 de cada 10 vehículos patentados son efectivamente nacionales y, lo que es peor aún, es que esta cifra viene en caída desde hace años.

En buen romance, el grueso (6 de cada 10 0Km) provienen del exterior. De ese total, Brasil aporta la gran mayoría (5 unidades).

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