lunes, 26 de julio de 2010

China aprovecha el descrédito de las agencias tradicionales y lanza su propia calificadora


Después de las críticas que les llovieron a Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch por su rol en la crisis subprime, el gobierno chino quiso dar un golpe de efecto con su propia agencia. Su primer anuncio fue la rebaja en la calificación de las deudas soberanas de Estados Unidos, Japón, Francia y el Reino Unido

¿El Rey ha muerto, viva el Rey? Eso parece estar deseando el gobierno chino, que acaba de anunciar la creación de su propia agencia calificadora, Dagong Global Credit Rating, para ofrecer una nueva forma de evaluar la solvencia crediticia con “estándares objetivos, equitativos y razonables”, según declaró recientemente Hu Jintao, presidente de China.

Tras el fuerte descrédito que sufrieron las tres grandes agencias (Standard & Poor’s, Moody’s y Fitch), acusadas de haber sido partícipes en el descalabro subprime de 2007-2009, China quiere aprovechar el momento para imponer su propia calificación crediticia.

Y para empezar, Dagong decidió hacer bastante ruido anunciando su propia evaluación de la deuda soberana de 50 países de todo el mundo.

La sorpresa llegó cuando se comprobaron las calificaciones otorgadas: EE.UU., Alemania, Japón, Francia y el Reino Unido no tienen deudas libres de riesgo o AAA, y además estos países (a excepción de Alemania) tienen perspectivas negativas en sus calificaciones.

A EE.UU. le bajaron dos escalones su calificación, por lo que para Dagong los Bonos del Tesoro tienen una nota AA. Incluso peor les fue a Japón, Francia y el Reino Unido, países considerados AAA por las “Big Three”, pero que para la agencia china, su deuda deja bastante más que desear, por lo que su calificación es AA-, tres escalones por debajo del libre de riesgo. “La situación fiscal de estos países se ha deteriorado de manera significativa con la crisis”, afirma el informe de la agencia.

Quienes sí se mantienen en lo alto de la tabla de la deuda soberana son Noruega, Dinamarca, Luxemburgo, Suiza, Singapur, Australia y Nueva Zelanda, mientras que China exhibe un provocador AA+ (junto con Holanda, Alemania y Canadá), por encima de EE.UU. y Japón.

Corregir los errores

Para Dagong, llegó el momento de corregir los vicios del sistema de calificación (y de paso romper el cártel de las calificadoras occidentales), responsable, en la visión de los analistas chinos, de las fallas encontradas durante la crisis. La agencia china critica abiertamente el método de calificación de sus competidoras, acusándolas de “estar contaminado por la ideología”. Es por eso que Dagong garantiza un enfoque más realista que el que sigue las demás.

“La causa de la crisis financiera mundial y de la crisis de la deuda en Europa proviene del hecho de que el actual sistema de calificación internacional no toma suficientemente en cuenta la capacidad de reembolso de los Estados”, sostuvo Guan Jianzhong, presidente de Dagong, durante la presentación del informe.

El lanzamiento de la nueva agencia parece cuanto menos oportunista, ya que la confianza en las calificadoras se encuentra en niveles bajos, acusadas por los diferentes gobiernos de países desarrollados de haber sido por lo menos negligentes frente a la crisis financiera (y por lo más cómplices en la gran estafa orquestada con instrumentos securitizados con hipotecas subprime).

A S&P, Moody’s y Fitch se las ha acusado de no haber previsto la crisis que se avecinaba y de haber calificado AAA a activos tóxicos, disimulados entre otros libres de riesgo. Y además, de haber trabajado al mismo tiempo como calificadoras y como consultoras de las entidades financieras que diseñaron esos instrumentos securitizados, lo que les hizo perder objetividad a la hora de asignarles una nota.

El sistema de calificación crediticia existe desde mediados del siglo XIX, pero se entiende que un país como China, que quiere alcanzar un rol de liderazgo mundial (a nivel financiero y en otros sectores), lance su propia agencia. Y que lo haga cuando es la primera vez que la confianza en las calificadoras está seriamente en entredicho, a tal punto que EE.UU. y la UE estén reforzando seriamente sus controles sobre estas empresas.

Sin embargo, cuando se ve el rol que tuvieron estas compañías en la propagación de la crisis financiera (principalmente al calificar erróneamente los activos tóxicos), la pregunta que surge inevitable es cómo hacer para que estos árbitros del sistema vuelvan a recuperar la confianza absoluta que existía antes en sus calificaciones. Porque es real parte de lo que plantean los analistas de Dagong al presentar su propia evaluación de las deudas soberanas.

En la presentación de su polémico informe, la compañía china se mostró como un “contrapeso”de las Big Three, recordando que es “responsable, dispuesta a revelar los riesgos crediticios y a dar a los inversores un asesoramiento imparcial y profesional”.

En lo que seguramente Dagong concuerde con las otras tres es en cómo califica a la deuda argentina. Para la agencia china, los bonos argentinos tienen una calificación B, lo que los ubica en el puesto número 47 de un total de 50 evaluados.

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